La presente asignatura, que nos viene acompañando a lo largo de este casi agónico, como se llama ahora, cuatrimestre, se ha ido concretando en una serie de vivencias ininterrumpidas que debiéramos, como mínimo, comentar en clave de ¿evaluación?, sí, en clave de evaluación verbal, lírica, cualitativa, casi artística en cierto modo. Así pues, procedemos a la susodicha evaluación de la presente asignatura que se ha venido a titular "Programas de Acción Sociocultural y Educativa".
Fijemos en primer lugar los aspectos que se nos antojan negativos a este respecto a fin de dejar un buen sabor de boca, a fin de apostar por un efecto recente que resultare dignificador de la materia en últimos términos. Y bien, ¿cuáles son estos aspectos negativos?, en esta línea vemos que el "cuatrimestre" ha constituido una constante lucha a contracorriente del tiempo. Cronos no nos ha acompañado en el proceso. A sabiendas de que la asignatura debe cumplir un programa, en el pleno sentido de la palabra, y unas compertencias que perpetúen un sistema sociocultural pernicioso a la esencia humana y a la cooperación interpersonal, hemos de remarcar que nos ha faltado tiempo para profundizar mínimamente, dignamente, en cada uno de los puntos y cuestiones que hemos pretendido abarcar. Parece que en este caso se cumple el famoso refrán: "quien mucho abarca poco aprieta".
Asimismo han habido determinadas actividades que nos habrían resultado mucho más útiles, jugando con la lógica del sistema universitario en el que respiramos día a día, si las hubiéramos practicado desde un inicio. Véase, a modo de ejemplo, las dos sesiones de iniciación al teatro del oprimido, de las cuales hemos de decir nos consta que a más de uno y de una les cayeron como agua de mayo. Tal vez habría sido más productivo, productivo para no salir de ese sistema en el que constantemente jugamos y en el que es una pena y un despropósito plantear semejante asignatura, haber practicado estas actividades desde el principio. Tal vez pecamos de caer siempre en la legalidad, y a lo mejor deberíamos ser "educadores/as ilegales"; eso no estaría nada mal.
Ahora, y centrándonos más en la asignatura propiamente dicha, los aspectos positivos. En este sentido hemos aprendido herramientas que ya nos venían haciendo falta de cara a la práctica profesional en tanto que educadores y educadoras sociales; hemos disfrutado en momentos de tensión con actividades que nos han acercado a la escritura, al teatro... eso ha estado muy bien, tal vez a nuestro parecer haya sido lo mejor, pero eso ya son palabras mayores, y aquí todavía estamos en crecimiento, andando ese camino, ese "do".
En últimos términos hemos acabado cansados, y eso que todavía no hemos acabado, pero nos vamos satisfechos, por una parte por no haber profundizado más, por otra parte por haber abarcado tanto y de un modo teórico-práctico. Ha resultado una grata experiencia después de todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario