Como
acción/actuación:
En este sentido nos acogemos a dos definiciones del concepto, que son la de Besnard y la de Trilla. Por una parte, “Designamos como animación toda acción,
dentro de un grupo o sobre él (una colectividad o un medio), encaminada a
desarrollar la comunicación y a estructurar la vida social, recurriendo a métodos
semidirectivos; se trata de un método de integración y de participación”
(Besnard, P., 1988), y, en un sentido parecido, se trataría también de “El conjunto de acciones realizadas por
individuos, grupos o instituciones sobre una comunidad (o un sector de la
misma) y en el marco de un territorio concreto, con el propósito de promover en
sus miembros una actitud de participación activa en el proceso de su propio
desarrollo tanto social como cultural” (Trilla, J., 1997).
Vemos que la tónica resuena sobre la participación y la integración, y por ende, la grupalidad que cobra como carácter la Animación Sociocultural en la acción, o como ésta.
Como
actividad o práctica:
En este plano nos acogemos a otras dos significaciones, una, que la
animación sociocultural es el conjunto de prácticas sociales que tienen como
finalidad estimular la iniciativa y la participación de las comunidades en el
proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida
sociopolítica en la que están integrados (UNESCO), y dos, que por
animación en general tenemos que entender las prácticas que buscan ayudar al
hombre a comprender su entorno social, económico, político y cultural y a tomar
conciencia de los problemas que están planteados y de los medios y la voluntad
que hay para resolverlos (Hicter, M.).
La Animación Sociocultural como práctica, o como actividad, parece ir in crecendo desde la conciencia individual sobre lo grupal hacia la propia colectividad.
Como
una forma de educación no formal:
Partiendo de la siguiente definición: “La animación sociocultural tal y como la entendemos tiene un claro carácter educativo y formativo. Si bien se diferencia claramente de cualquier manifestación o acción educativa institucionalizada por sus peculiares características, que la sitúan en el ámbito de la educación no formal” (Catalá, R. y Carbó, O., 1991); pese a que en uno de los posts que publicamos anteriormente al respecto de esta misma definición, criticando esa tendencia que pareciera situar únicamente al educador social en el ámbito de la educación no formal, también creemos que la Animación Sociocultural, o la educación social, se trabajan en este ámbito.
Como
un proceso:
Más cercano a una concepción cíclica del término, en el sentido de una cultura constantemente en construcción,“La animación es un proceso que surge desde
dentro de los grupos sociales, los cuales mediante la participación activa de
sus miembros serán capaces de generar cultura” (Viché, M., 1989).
Las acepciones (evidentemente, hay más) de la Animación Sociocultural denotan una disciplina amplia, multivariada, de aplicación y reflexión múltiple. Esto es, las realidades a atender desde esta perspectiva bien pueden oscilar entre lo más diverso, por lo tanto, se trata de un "trabajar" sumido en lo enriquecedor, para el/la educador/a (en este caso, nosotr@s) y para el educando, si es que pueden realmente hacerse relevantes distinciones entre ambos (como si el educador no aprendiera del educando).
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